Y un día... las necesarias habilidades de y para el siglo XXI nos patearon el tablero

Un día cualquiera del siglo XXI, la realidad nos desafió a todos a reinventarnos y a aprender a ser, estar, hacer y convivir en una nueva realidad.

Esta realidad atravesada por el aislamiento obligatorio y la cuarentena demanda a la educación una adecuación imprevista, inmediata y a los tumbos de las propuestas de enseñanza.

Y es ahí donde comienzan a suceder muchas de las cosas de las que algunos, los que nos especializamos justamente en la tecnología educativa, veníamos investigando. Nunca imaginamos que este movimiento hacia la educación digital, hacia la virtualidad, hacia los nuevos recursos educativos digitales, sería tan abrupto, ni en un contexto tan complejo.

Pero ahí es donde estamos ahora... después de poco más de una semana en que las escuelas, institutos y universidades migraron, en casi un volantazo, sus propuestas de enseñanza a diversas plataformas digitales.

Y así nos encontramos con cuestiones que requieren atención, reflexión y planificación.

Personalmente me gustaría concentrar esta reflexión en 3 ejes:

  • Las competencias digitales de los docentes.
  • La necesidad de transformar las propuestas para ir de lo presencial a lo virtual.
  • El uso de los recursos tecnológicos y digitales con sentido.

Una breve reflexión sobre las competencias digitales de los docentes nos lleva a buscar nuevos espacios para la formación y la colaboración para la inmersión de todos los docentes, de los diferentes niveles, en los recursos digitales necesarios para llevar adelante sus propuestas con el mejor aprovechamiento de los mismos. Y acá me refiero tanto a las herramientas de Google Drive, Office365, Microsoft Teams, como a diferentes plataformas educativas, desde Classroom y Edmodo, hasta las más sofisticadas que ofrecen distintos proveedores. Es fundamental también abrir la mirada a todos aquellos recursos digitales disponibles on line de manera gratuita y que nos permiten mejorar las propuestas de clase, tanto en la comunicación como en la presentación de contenidos, comenzando con los más conocidos Padlet, Genially, Canvas, Powtoon y Kahoot.

Si bien creo que la necesidad de transformar las propuestas para ir de lo presencial a lo virtual merece un capítulo aparte, me interesa destacar que en la educación virtual se debe transformar no sólo la forma de transmitirlo sino también el contenido y las propuestas de enseñanza para favorecer nuevos aprendizajes. Esto requiere una revisión de lo que proponemos a nuestros alumnos pero debe partir de la comprensión de la clase escolar en este nuevo contexto, que no siempre va a requerir sincronicidad. El desafío está en pensar propuestas para favorecer los aprendizajes de los alumnos repensando la forma de construir conocimiento y entendiendo que es muy diferente como ésto se da en la distancia.

Por último, es necesario revisar el uso de los recursos tecnológicos y digitales que se propone. En una realidad donde toda la familia trabaja en casa, estudia en casa, hay que buscar que el uso de los tiempos de los dispositivos y las conexiones sean equilibrados. No siempre encontramos dispositivos a disposición de cada uno. Pero si los encontráramos tampoco necesitamos que se utilicen permanentemente. Es esencial la comunicación por internet, para transmitir tareas, compartir experiencias, encontrarse y colaborar, pero no todas las tareas deberían tener que realizarse digitalmente. Es un gran desafío buscar un equilibrio del uso de los recursos, las pantallas, las conexiones y las herramientas digitales, reflexionando sobre su sentido y apuntando a una mejora de las propuestas,

Sin duda estamos comenzando a caminar en esta línea, pero no debemos descuidar estas 3 cuestiones si queremos que este desafío imprevisto que la realidad nos puso delante sea una oportunidad para rediseñar las propuestas educativas con un nuevo sentido.